Domina tu mente en esta vida (II)

El mayor acto revolucionario que puede realizar un ser humano es pasar la mayor cantidad de tiempo posible en el momento presente.

¿Por qué no hacemos más de lo que nos hace bien y menos de lo que nos hace mal? ¿Qué es esa voz, esa maquinita insoportable que nos lleva por el camino del vicio y la debilidad? ¿Cómo hace uno para firmar un contrato con las virtudes de la vida? ¿Decidiste que ya te dolió lo suficiente? ¿Estás seguro/a de que hasta acá está bien? ¿No querés un poco más de dolor? ¿Un poco más de tu pulsión de muerte?

Desde la conciencia de víctima solo se crea más sufrimiento. Pobre yo que tengo tal cosa. Pobre yo que me pasó eso. Si estás ahí, sos prisionero de tu mente y de tu historia personal. Vas a tener que sacar el freno de mano para avanzar.

Si ya sufriste lo suficiente y sabés que es el momento de cultivar una vida mejor, tengo una buena noticia para darte.

No sos el primero/a, muchos ya lo han hecho, ya les ha pasado e incluso es muy probable que peor que a vos; por lo tanto, hay mucha experiencia en forma de historias, libros, documentales, películas, videos, cursos, seminarios, programas, workshops, retiros y jornadas.

Ser uno con la vida, hacer las cosas bien, escuchar a la pulsión de vida, ir en dirección de la luz, es lo que se supone que hacemos los seres humanos.

Quien objeta que esto es agotador o argumenta algo en torno a no hacerlo, es muy probable que no haya sufrido lo suficiente y por lo tanto no esté en el nivel de conciencia adecuado para ver el plano mayor de cosas en el que esto sucede.

Para ellos/as será un camino más largo, más mental.

¿Será un error la vida humana? ¿Alguien se equivocó al inventarnos y por eso funcionan mal algunas cosas? ¿Cómo es que esto puede tener sentido? ¿Cuál es el sentido de la vida?

El ser no tiene propósito, no tiene destino, no tiene objetivos ni nada que hacer. No hay explicaciones en el ser. No hay nada que saber. El ser es ahora y siempre. El ser es infinito.