Adiestrar la mente

Pensemos en un perro que le ladra a todas las personas que pasan. Su dueño o dueña probablemente querrá entrenarlo para que solo ladre cuando advierta una amenaza real, no en todos los casos. El perro en sí, la mayoría de las veces, no está intentando molestar sino que está ejecutando su naturaleza de perro. Hay que adiestrar al perro para que se comporte de otra manera.

En este ejemplo, el perro es la mente.

La mente no hace lo que hace porque sea mala. Es su forma de ser por defecto cuando aún no ha sido adiestrada. Te mantiene en tu zona de confort e intenta reproducirse a si misma.

¿Cómo adiestrarla? El método más eficaz es la meditación.

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