Aceptar no es estar de acuerdo

A veces las personas confundimos la aceptación con estar de acuerdo con algo. En este posteo busco compartirte que esto es un error conceptual y que la aceptación es una herramienta espiritual muy poderosa.

Índice

El problema

Muchas veces hay una situación que es difícil de aceptar porque es dolorosa, genera sufrimiento, es injusta, nos incomoda o simplemente no es lo que queremos.

Entonces, uno se enfrenta u opone a esa realidad declarando que la aceptación es imposible porque implicaría validar algo no deseado.

“¿Cómo voy a aceptar esa injusticia? ¿Cómo voy a aceptar que hagan tal cosa? Definitivamente no acepto lo que pasó”. Estos son unos ejemplos de lo que alguien podría llegar a pensar en esta situación.

El error

El problema mencionado arriba se presenta como algo intuitivo. A casi nadie le gustan las injusticias o el sufrimiento, al menos no conscientemente. Sin embargo, se está incurriendo en gran problema semántico.

Esto es así porque cuando uno acepta una situación, sin perjuicio de lo injusta que sea, no está alegando estar de acuerdo con ello ni está dando su opinión. Simplemente está reconociendo que las cosas fueron de una determinada manera. Está utilizando su capacidad para describir objetivamente una serie de hechos sin definirse moral o personalmente sobre ellos.

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¿Qué es aceptar?

Aceptar es tener la claridad suficiente para dilucidar cómo son las cosas, cualquiera sea la experiencia, desde un punto de vista puramente objetivo, expositivo.

Aceptar implica fluir en lugar de resistir una realidad. No ir en contra de la corriente objetiva de cómo son las cosas. Aceptar implica no caer en una negación emocional simplemente porque algo no nos gusta o no es como esperábamos.

Cuando uno acepta algo que es difícil podría decir algo así como “acepto que en este momento las cosas son de esta manera”. Cerca de estas palabras a veces están las siguientes “lo que sucedió fue esto y esto, no es lo que me hubiera gustado pero así es como ocurrió”.

Es distinto a adherir o aprobar, que sería estar de acuerdo o tomar una determinada posición.

Aceptar es una necesidad que surge especialmente cada vez que nos enfrentamos a un episodio doloroso en nuestra vida. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de vivir trabados emocionalmente. Si lo hacemos, se abren puertas para el crecimiento espiritual.

Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, te transforma

Carl Jung

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